OBJETIVOS PERSONALES
Por: Claudia Díaz Jiménez
Pensemos por un momento en los objetivos que nos hemos planteado durante nuestra vida. ¿Cuáles tenemos presentes actualmente?, ¿Cuáles no alcanzamos?, ¿Hay alguno que replanteamos constantemente porque no lo hemos podido cumplir?, ¿Qué metas se quedaron empolvadas en el tiempo?
Los objetivos son en realidad una finalidad, meta, promesa o compromiso que nos hacemos a nosotros mismos para cumplir en un determinado periodo o en algún proyecto específico, tiene un sentido final y de nuestra capacidad para alcanzarlo dependerá nuestro éxito o fracaso.
Cuando se trata de objetivos personales, normalmente se refiere a cosas que nos cuesta mucho hacer y que deseamos superar, y de estos, precisamente trataremos en este artículo.
Es importante que las personas tengamos objetivos en nuestra vida, ya que son el motor que nos impulsa a enfrentar los retos que nos pone la realidad misma y nos permite mejorar nuestra calidad de vida.
Plantearse retos personales siempre trae consigo una sensación de nuevo comienzo, esta energía que nos inspira a hacer cambios, a tener nuevas aspiraciones.
Y los objetivos que nos fijamos son una gran herramienta para lograrlo, sin embargo, en muchas ocasiones, conforme pasa el tiempo, las vamos abandonando.
¿Cuál es la razón?, ¿Por qué desistimos de nuestros objetivos personales? ¿Por qué priorizamos objetivos de otra índole, por ejemplo, los del área la laboral ante los objetivos que tienen que ver con nuestra a persona?
Si bien es cierto que los objetivos profesionales o laborales son de gran importancia, existen también otros que tienen que ver con nuestra salud física y emocional que debemos tomar en cuenta.
Expertos en el tema nos explican que existen diversos factores que debemos tomar en cuenta al momento de plantear nuestros objetivos y las formas que nos ayudan a poder cumplirlos.
Revisemos algunos de estos aspectos y analicemos nuestras metas personales, para darles un enfoque adecuado para poder lograrlos.
1. ¿Es realmente tu objetivo o es de alguien más?
Analizar nuestros objetivos es una tarea importante. Conocer si es lo que de verdad queremos y por qué. En muchas ocasiones nos ponemos metas que en realidad no son nuestras y que nos imponemos por razones equivocadas, porque creemos que debemos hacerlo o porque eso esperan que hagamos los demás. Esto le resta fuerza y motivación a nuestro objetivo, ya que, al fin de cuentas, no es lo que en realidad queremos.
2. El factor tiempo
Es necesario considerar el tiempo del que realmente disponemos para llevar a cabo los objetivos, el ritmo actual con que se mueve la vida cotidiana y el trabajo en muchas ocasiones limita nuestras opciones, es mejor priorizarlas, tener claro que objetivos podremos cumplir a corto plazo, cuáles nos llevara más tiempo y cuáles no estamos en posibilidades de cumplir, porque quizá solo nos supongan un estrés inútil.
3. Metas claras
Las metas deben ser específicas y realistas, es decir, debemos tener claro que queremos lograr. No es lo mismo tener una meta generalizada y, por ejemplo, decir: “Mi objetivo es bajar de peso” sin tener claro qué pasos vamos a seguir, que especificar cómo, cuándo y dónde lo vamos a lograr, en este caso, tendríamos que tener claro que dieta balanceada vamos a llevar y qué especialista nos va a monitorear el proceso, que días haremos ejercicio: lunes, miércoles y viernes después del trabajo, que ejercicio vamos a hacer y con qué intensidad, etc.
4. La zona de confort
Al establecer nuestras metas debemos estar realmente comprometidos y estar conscientes que el logro de nuestros objetivos siempre implica salir de nuestra zona de confort. Esto en muchas ocasiones nos descoloca, y es motivo para generar una serie de excusas que nos impide salir adelante, pretextos como: no tengo tiempo, no tengo dinero, mañana sí lo hago, entre otros, son una señal clara de que no queremos salir de esta zona. Debemos estar atentos y retomar nuestras metas con más ahínco cuando las excusas invadan nuestra mente.
5. Pensar solo en los resultados
Un factor importante para el logro de nuestros objetivos es no enfocarnos solamente en los resultados, debemos estar conscientes que cada meta tiene un proceso y en muchos casos pensar en resultados inmediatos solo causa frustración y desánimo, debemos disfrutar del proceso y celebrar nuestros logros, por pequeños que sean, esto estimulará nuestro ánimo para salir adelante.
6. Pensamientos negativos
Es indispensable también cuidar nuestra mente, si pensamos anticipadamente que no lo vamos a lograr o que no tenemos voluntad para hacer las cosas o tenemos tendencia a quejarnos, criticar o echarle la culpa a los demás de lo que nos sucede, esto no abonará a cumplir nuestros objetivos, Debemos estar atentos a los mensajes que nos envía nuestra mente y descartarlos colocando en su lugar pensamientos que nos generen ánimo y deseo de seguir adelante.
7. Saturarnos de objetivos
Cuando elaboramos nuestras metas personales no debemos saturarnos con una lista grande que después no vamos a poder cumplir y que solo nos causará estrés y ansiedad. Es mejor seleccionar los objetivos que más nos interesen y centrar nuestra energía en conseguirlos. No importa si son muy pocos, lo importante es poner toda nuestra atención y energía en darles continuidad para poder llegar a su cumplimiento.
8. Escribirlos
Escribir nuestros objetivos y trazar el plan que seguiremos, nos ayuda a tener metas claras, a evaluar como los estamos desarrollando, fortalece la disciplina y la voluntad e incentiva nuestra autoestima. Nos facilita el plan de acción. Una recomendación importante es que debemos procurar tenerlos en algún lugar visible y que nos permita tenerlos a la mano.
9. Flexibilidad
Es necesario tomar en cuenta que en nuestro entorno siempre hay cambios y que las circunstancias en que vivimos pueden variar con el tiempo, en este sentido debemos tener la flexibilidad para adaptarnos a los cambios y no perder el rumbo de los objetivos.
10. Perseverancia
Debemos estar conscientes que, en un proceso de cambio o transformación, siempre habrá recaídas, pero esto no implica perder el objetivo, se trata de aceptar el error y enfocarse nuevamente en lograr obtener resultados.
Y tú, ¿ya revisaste tus objetivos personales?