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La familia es pieza clave del desarrollo emprendedor

Por Becky Irigoyen Palacios

La familia es un círculo de solidaridad, de bienestar y de ayuda mutua. Es aquí donde nos sentimos seguros, amados, podemos ser auténticos, libres. La familia es insustituible.

Dentro de una familia nació y se desarrolló un emprendedor, o actualmente se está formando uno nuevo.  En este entorno familiar es donde encontramos un sin números de estrategias que fortalecen y valoran a futuros visionarios. Éstos mismos necesitan de la fuerza familiar para sentirse seguros y preparados para emprender no uno, sino varios proyectos.

En la familia desarrollamos entornos de comunión conyugal, entre padres, tíos, tías, primas, primos, hermanas, hermanos; que son parte fundamental del apoyo nuclear que necesitan los futuros emprendedores.

No podemos negar que atrás de un primer proyecto está un apoyo económico de algún tío o abuelo. Utilizó como primera oficina la sala de la casa o los primeros clientes; fueron los hermanos o probablemente algún familiar sigue siendo un cliente constante.

Los valores que se forman dentro de los círculos familiares como la empatía, tenacidad y la firmeza, empoderan a los emprendedores para sentar bases de crecimiento y de tenacidad. Es aquí donde los sueños se van construyendo, donde las grandes ideas se ven reflejadas en algún juego de niños o en alguna necesidad cotidiana no atendida. Donde los fracasos son consolados, donde se encuentran una o muchas palabras de apoyo, un abrazo reconciliador o una plática motivacional que ayuda a saber que no todo está perdido y que mañana habrá una nueva oportunidad.

Es en este entorno donde se aprende el valor del dinero, el valor de los socios, así como las obligaciones, pero en un entorno de escucha abierta y de apoyo incondicional.

Les anexo algunas ideas que podemos fortalecer en nuestros círculos familiares para apoyar a esos soñadores llamados emprendedores:

Crear entornos familiares seguros, mediante una comunicación constante, con roles determinados y sobre todo mucha empatía y solidaridad.

 Fortalecer las “Soft Skills” con tareas familiares, con encuentros positivos, con trabajo en equipo y colaboración.

  Crear ambientes de paz, donde busquemos regresar a casa, y saber que es en ella donde me voy a sentir seguro, donde voy a encontrar esa palabra de aliento y de paso un chocolate caliente.

  Debemos buscar y aportar tiempos de escucha – para poder escuchar y ser escuchados –. Las ideas se fortalecen y crecen con la retroalimentación. O sólo con rebotar grandes ideas, que aterricen en grandes frutos.

  Debemos ilusionarnos con cada idea o proyecto, con cada ocurrencia; no sabemos que de alguna de esas puede surgir un gran proyecto que cambie el mundo.

           Y sobre todo envolvernos en círculos de amor, que los encuentros familiares sean espacios de rizas, de pláticas entretenidas o solo de un abrazo amoroso.

Referencias: Valverde Carlos. “Antropología Filosófica” EDICEP. Valencia 2000.

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