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ORDENA TU CASA Y TU MENTE

Por: Claudia Díaz Jiménez

¿Has escuchado decir en alguna ocasión que limpiar y ordenar la casa es una forma de ordenar también la mente? Si bien es cierto que limpiar es una actividad que se tiene que hacer a diario y que no se le da el valor que realmente tiene, también es cierto que en muchas ocasiones disponemos de poco tiempo para hacerlo, porque el trabajo que nos da una remuneración económica absorbe gran parte de nuestro tiempo, sin embargo, la idea de mirar el orden de nuestra casa como una forma de observar nuestro interior es algo interesante.

Expertos en el tema, como la gurú japonesa de la organización Marie Kondo, afirman que el orden no tiene que ver solamente con lo externo, también implica acciones, por ejemplo, desprenderse de objetos que ya no tienen utilidad, pero que tuvieron una historia en nuestra vida y que se convierten en portadores de un recuerdo y por eso lo acumulamos.  La que escribe, en este caso, conserva un radio de los años 50 que ya no funciona, pero que es un legado familiar de mi querida tía Eva. Esto significa que el orden está implicado con la mente, el corazón, la voluntad y la paciencia.

Lo importante del orden, señala Marie Kondo en su libro “La felicidad después del orden”, no es decidir de que nos deshacemos, sino más bien, que es lo que queremos conservar toda nuestra vida.

En algunas culturas como la japonesa, limpiar y ordenar la casa, antes del año nuevo, es signo de buena suerte y esta podría ser, para nosotros, una forma o ritual para iniciar el año venidero 2023.

Pero, te has preguntado, en realidad, ¿qué significa ordenar? De acuerdo a la Real Academia, ordenar significa colocar algo o a alguien de acuerdo con un plan o de modo conveniente; también significa encaminar o dirigir algo hacia un orden o un fin. Más enfocado al tema que nos atañe ordenar quiere decir deshacernos de lo que ya no necesitamos y darle un sitio a cada cosa de tal forma que lo podamos encontrar cuando lo busquemos.

Hablar de orden no significa que tendremos una casa impecable y perfecta o que vaciaremos la casa para que parezca ordenada cuando llegue una visita, se trata de ordenarla de tal forma que nos dé felicidad.

Ordenar la casa tiene grandes beneficios, entre ellos, mejora nuestra capacidad de concentración, reduce el estrés y la ansiedad, mejora la autoestima, aumenta el rendimiento y la productividad, simplifica la vida y nos proporciona tranquilidad. 

Ordenar y limpiar han sido utilizados desde siempre, como sinónimos, sin embargo, son dos cosas distintas; ordenar tiene que ver con los objetos: moverlos de lugar, guardarlos, repararlos, reubicarlos; en este caso el desorden tiene que ver con no devolver los objetos al lugar asignado y por esta razón Marie Kondo nos dice que ordenar las cosas significa enfrentarse con uno mismo, como responsable del desorden, y limpiar se refiere al polvo y la suciedad que se depositan en las cosas por naturaleza.

Las causas que provocan el desorden pueden variar y algunas tienen que ver con las siguientes causas:

Ofertas en supermercados:

En muchas ocasiones, aprovechamos las ofertas de artículos, sin considerar si realmente los necesitamos y estos se van acumulando.

Regalos recibidos.

También los regalos, aun cuando son objetos que no utilizamos, nos sentimos comprometidos a conservarlos por lealtad al ser querido que nos dio el objeto.

Objetos heredados.

Los objetos que heredamos y que en muchas ocasiones ya no sirven, o no utilizamos pero que les damos un espacio porque representa un lazo familiar.

Objetos que creemos que nos da estatus social o protección.

Existen también este tipo de objetos que en realidad no hacemos uso de ellos, pero consideramos que por ser de una marca cara o reconocida nos da cierto nivel social, cuando únicamente nos quitan espacio en nuestros hogares.

Objetos por si acaso.

En este caso se refiere a objetos que ya no tienen utilidad, pero que acumulamos pensando que tal vez después los podemos necesitar, los psicólogos explican que este tipo de mentalidad refleja el miedo a la carencia.

Objetos para llenar vacíos emocionales.

Se refiere a los objetos que compramos, pero que en el fondo son adquiridos para llenar un vacío emocional por una perdida, frustración o simplemente porque pensamos que nos va a dar la felicidad que nos promete la publicidad del producto.

Todos estos objetos acumulados y a los que ya no podemos asignarles un lugar porque nuestros lugares de almacenamiento ya están repletos provocan el desorden y de acuerdo a los expertos, una casa llena de cosas afecta negativamente el ambiente personal y familiar (lo enferma) y trae como consecuencia afectaciones físicas, ya que se llega a acumular bacterias, gérmenes y plagas y también tiene consecuencias psicológicas tanto emocionales como mentales como culpa, enfado, frustración, vergüenza, cansancio etcétera.

Algunos consejos que los expertos en el tema nos brindan para ordenar la casa son:

Deshacerte de lo que ya no sirve, ya que no es posible poner orden, sin antes desechar lo que ya no tiene uso y nos quita espacio.

El problema al que nos enfrentamos al intentar deshacernos de las cosas es el apego a los objetos, el apego en realidad no es malo siempre y cuando no sea en exceso.

Las preguntas que nos pueden ayudar para lograr nuestro objetivo son:

¿Tengo espacio para guardarlo?
¿Por qué razón lo guardo?
¿Cuánto tiempo tiene que no lo uso?
¿Me gusta?
¿Me hace sentir bien?
También debemos identificar aquellos objetos que tenemos duplicados, prendas que no arreglamos, regalos que no nos gustan, cosas que tienen años que no usamos y de esta manera podremos clasificarlas y decidir que artículos podremos vender, regalar, donar o desechar.
Y, sobre todo, hacer del orden un hábito para vivir, después de todo, crearás un ambiente saludable.
¿Te animas a realizar un ritual de orden en tu casa para recibir el año nuevo?

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