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¿Cómo elegir al socio ideal?

Por: Sandy Cisneros

Hoy en día el problema de muchas sociedades y fracasos de empresas es debido a una mala elección de socios, en mi experiencia no sólo ocurre en las empresas, sino también en la vida personal, ¿sabías que los matrimonios son sociedades conyugales? Bueno si este dato ya era conocido para ti, te invito a que en este artículo te des cuenta como los matrimonios y las sociedades empresariales funcionan de una manera similar a tal grado que la ruptura de dichas sociedades se debe casi a los mismos factores que a los de los divorcios.

La gran mayoría de personas con las que he tenido la oportunidad de platicar y compartir una charla acerca de sociedades ya sea empresariales o personales (parejas) piensan que el hecho de desear que funcione y que compartan las mismas ilusiones de juntarse harán que la sociedad funcione cuando esto sólo nos da la adrenalina para tener el valor de firmar, una vez que firmas el cuento es otra historia.

De acuerdo a las cifras que ha emitido el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el índice de divorcios en México ha crecido cuatro veces desde 1986, independientemente de que las parejas en la actualidad deciden evitar el matrimonio. Entre las principales causas de divorcio se encuentra el abandono del hogar, la violencia intrafamiliar, el adulterio o la infidelidad, a pesar de que la causa más común es el consentimiento mutuo.

En el caso de las empresas existen diferentes tipos de sociedades mercantiles y los motivos por los que pudiéramos liquidar una empresa, va a variar de acuerdo la forma de la constitución y va a ser regida mediante los artículos correspondientes a las leyes aplicables. Estos puntos a diferencia de una sociedad conyugal son más difíciles de medir, puesto que una sociedad mercantil siempre será más difícil de deshacer que un matrimonio (suponiendo que no hubo bienes), es por lo cual muchas sociedades empresariales sobreviven, pero cambian los socios continuamente, ya que deciden vender sus acciones y es la razón por la que pueden llevan muchos años funcionando, a diferencia de un matrimonio donde no pueden venderse las acciones y el mismo contrato sirva para la siguiente persona.

Tal vez a simple vista no se pueden distinguir las similitudes. A lo largo de mis 7 años de experiencia en el ámbito de psicóloga terapeuta y formadora de habilidades blandas en el ámbito empresarial y comunidad emprendedora he tenido la oportunidad de tratar, escuchar, indagar y presenciar más de 150 rupturas de sociedades, entre divorcios y cambios de socios y he logrado ver que existen 7 factores claves que podrían haber evitado esta ruptura y mejorado dichas sociedades. Antes de pasar a estos puntos me gustaría que te hicieras la pregunta.

¿Para qué necesito o quiero hacer una sociedad?

Según la RAE describe una sociedad como: Conjunto de personas, que conviven bajo normas comunes. Es la agrupación pactada de personas, organizada para cooperar en la consecución de determinados fines. Agrupación comercial de carácter legal que cuenta con un capital inicial formado con las aportaciones de sus miembros.

Con este significado podríamos pensar que La idea de formar una sociedad sería: juntar las aportaciones de sus miembros para cooperar en la consecución de determinados fines, donde se conviva bajo normas comunes, de una manera pactada y organizada.

Por lo tanto, si deseas hacer una sociedad que cumpla este propósito, necesitaras socios que sean capaces de cumplir con esta descripción, y para que puedan cumplir esto, encontrar las siguientes afinidades:

  1. Valores centrales y conceptos de estos similares o iguales
    2 Metas y objetivos claros y que ambos los quieran.
  2. Saber trabajar en equipo (5 C)
    4.Empatía con las necesidades del otro.
  3. Inteligencia emocional para resolver conflictos
  4. Conocimiento de las líneas rojas (límites claros y consecuencias)
  5. Claridad de aportaciones
  6. Eliminar lucha de EGOS

Si logras tener alineados estos puntos, es altamente probable que esa sociedad pueda durar por muchos años de una manera funcional y que los socios implicados puedan tener buen grado de satisfacción. Explicaremos cada uno de forma breve para que observes la importancia.

1.- Valores centrales y conceptos de estos similares o iguales

Tener el mismo valor no es suficiente, ya que el problema radica en como lo vive cada uno, es decir el concepto que tenga, por ejemplo: ambos socios tienen el valor de la lealtad, pero el socio “A” lo vive como: todo lo que tengo es para mi empresa y el socio “B” lo vive como: no revelaré los secretos de mi empresa a la competencia. Es probable que “A” se sienta traicionado si “B” comparte recursos económicos con la competencia, pero desde el punto de vista de “B” no se trata de una deslealtad, ya que no está compartiendo secretos, sólo brinda capital por lo tanto se sentirá juzgado por “A” y esto lo incomodara haciendo que su relación pueda deteriorarse.

2.- Metas y objetivos claros y que ambos los quieran

Pueden tener metas distintas, pero tiene que existir claridad en cuanto hasta donde implica el compromiso de cada uno sobre esa meta y de como beneficiara o repercutirá al otro para que ambos puedan estar de acuerdo y hacerse responsables de las consecuencias, de no existir esto, uno de los implicados sentirá que la carga de trabajo no es justa o pensara que el otro no lo toma en cuenta o no lo respeta.

3.- Saber trabajar en equipo (5 C)

Este punto podría dar para un artículo completo, pero trataré de resumirlo en que una sociedad tendría que funcionar como equipo y aunque algunos socios sólo aportan capital, si no llevan este punto no se quejen cuando a la entrega de resultados no sean como ellos quieren y deberán limitarse a escuchar solamente y asentir, ya que no se involucraron en el proceso. Cuando elijas a un socio, fíjate que puedas llevar estas 5 C (Tom Peters) en el proceso de la sociedad.

Comunicación, Coordinación, Complementariedad, Confianza y Compromiso.

En mi opinión esta última que es el compromiso es una de las más importantes. Sin compromiso entre los miembros y con la actividad que realizan, es muy complicado alcanzar un nivel óptimo de resultados. Además, el compromiso es una consecuencia de los otros cuatro comportamientos.

4.-Empatía con las necesidades del otro.

Una sociedad sin empatía es una dictadura, recordemos que somos seres humanos y muchas veces nos estaremos al 100%, cuando generas empatía con tu socio logran conectar necesidades y ambos pueden vislumbrar una mentalidad ganar -ganar. Yo gano cuando mi soci@ gana.

5.- Inteligencia emocional para resolver conflictos.

Cuando dejamos que nuestras emociones ganen, dejamos que nuestro cerebro se inflame y la parte del neocórtex (procesos racionales) se vuelve más lenta para reaccionar, por eso cuando aprendemos a gestionar nuestras emociones damos tiempo para que los procesos racionales tengan mayor cabida y podamos negociar para resolver retos que se presenten y dejar de verlos como conflictos.

6.- Conocimiento de las líneas rojas (límites claros y consecuencias).

Cuando se desconocen las reglas del juego la ansiedad toma el control porque no sabemos hasta donde se permiten las jugadas. Algunos están acostumbrados a jugar con sus propias reglas, pero una sociedad jamás será un juego personal, siempre es un juego que implica más jugadores por lo cual se deben marcar los límites de cada jugada. Esto los ayudará a que tengan claridad en las consecuencias si alguno traspasa la reglas y así nos evitamos juegos del malo y la víctima.

7 y 8.- Claridad de aportaciones y Eliminar lucha de EGOS.

Estos puntos van de la mano, los socios implicados deben estar claros y conocer el nivel de importancia de sus aportaciones a la sociedad, esto con el fin de dar la sensación de equidad e igualdad de derechos y evitar generar una relación de reproches o situaciones de chantajes emocionales, por eso antes de firmar se debe tener claridad de que va a aportar cada uno y si ambos están conformes con el porcentaje de aportación que se está comprometiendo a dar y a recibir, esto con el fin de que sin importar el porcentaje que se da, al ser parte de la sociedad, los socios que decidan sumarse son de igual importancia y estarán dispuestos a responsabilizarse por los resultados: tal vez tendrán mayor o menor grado de responsabilidad en algunas tareas que se designen y tal vez tendrán mayor retribución por algunas situaciones que previamente se planteen y se acuerden, pero eso no significa que sean más importantes en cuanto a valor, cuando llega a pasar esto, es cuando el EGO domina y ya no tienes una sociedad sino una dictadura.

Recuerda si estás pensando en elegir un socio que sea siempre una persona que te sume a tu mundo, que traiga recursos para complementar los tuyos, que sea una persona con quien puedas llevar estos 8 puntos y sobre todo que te preguntes ¿En realidad quiero compartir mi proyecto con un socio o simplemente tengo miedo a navegar solo? Y si de verdad quieres compartir tu proyecto con alguien estos puntos te servirán para sentar las bases emocionales con limites discutidos entre los participantes.

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