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¿Cómo vacunar el patrimonio de la enfermedad llamada inflación?

Por: Edith Belmont

La inflación es una enfermedad económica que causa estragos en la economía, los negocios y amenaza con pulverizar el valor de nuestro dinero. El problema es que perjudica más a quienes no saben o no pueden protegerse de ella.

En mis artículos de números pasados, les he venido advirtiendo que la inflación es un problema que enfrentaremos a consecuencia (entre otros factores) de la enorme inyección de liquidez que Bancos Centrales y Gobiernos de grandes países (como Estados Unidos, Unión Europea, Japón, Inglaterra, entre otros) han sometido a sus economías y que han provocado que esos mismos Gobiernos, Corporativos, Empresas y Familias a nivel mundial, acumulen altos niveles de endeudamiento.

El problema con la inflación es que no será temporal y que rebasará las proyecciones oficiales en los próximos meses.

En México el objetivo de inflación para 2021 según Banco de México era de entre 3 y 3.5% que iba en línea con el de la Secretaría de Hacienda de 3% según el presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para 2021.

Sin embargo, al día de hoy que escribo estas líneas (octubre 7), el INEGI dio a conocer que la inflación al consumidor (variación anual, de septiembre de 2020 a septiembre de 2021), aumentó por arriba de las expectativas de los expertos: 6.0% Es decir, la inflación hasta el momento ya se duplicó por arriba de las expectativas tanto oficiales como las de los expertos. Es obvio que esto repercutirá en un alza de las tasas de interés y es aquí en donde se desatan los problemas.

¿Qué hacer para salir menos raspados? ¿Cómo protegernos del impacto de la inflación?

Comentamos al inicio de estas líneas que: “Perjudica más a los que no saben o no pueden protegerse de ella”. o como decían Fred Hirsh y Jhon Goldtborpe en su libro “La Economía Política de la Inflación”:“Los costos de ajustarse a no ajustarse a la inflación son más graves en el caso de los menos inteligentes, los menos educados y los ancianos…son estas personas, que en general tienden a estar en los niveles de ingreso bajos, los que soportan el mayor costo psicológico económico al tratar de enfrentar la inflación…Los más ricos tienen mayor capacidad de ajustar sus activos y proteger su riqueza”.

Pues bien, aquí algunas recomendaciones básicas que debemos tomar en cuenta. No pretendo descubrir el hilo negro ni sacar la varita mágica, son algunos consejos de sentido común que a veces por estar tan metidos en nuestras actividades, dejamos pasar de largo. Recomendaciones para pequeños empresarios, comerciantes, amas de casa y para el hombre de a pie que no tiene grandes inversiones, ni grandes activos para proteger su patrimonio. Ciudadanos comunes como yo, que vivimos al día y quienes sufrimos las consecuencias de una mayor inflación.

Primero, es muy importante mantener a raya nuestro nivel de endeudamiento.

Tener bajo control las tarjetas de crédito, si es posible liquidarlas lo antes posible, ya que, en épocas de inflación, esas son las que suelen tener la mayor tasa de interés.

Si de plano nuestro negocio vive o necesita del crédito, conseguir uno a tasa fija con período a corto plazo (máximo tres años). En este momento la tasa fija puede parecer cara, pero es como comprar un seguro de protección; pues cuando esta burbuja inflacionaria pase, las tasas de interés tenderán a bajar nuevamente y si mantenemos la tasa fija por mucho tiempo, ahora sí, nos podría salir muy caro.

Segundo, si ya obtuvimos un crédito o contamos con liquidez, utilizarla para reinvertir en el negocio, invertir en lo que nos da para todo lo demás. Una estrategia es prevenirnos y tener inventario. ¿Por qué? Porque con un aumento continuo de los costos (derivado de una inflación alta), con cada vez mayores precios en la materia primas y componentes, tarde o temprano se verá reflejado en los precios al consumidor. Por esta razón es prudente acumular inventario.

Tercero, no caer en la trampa mercadológica de grandes corporativos y tiendas departamentales que ofrecen créditos de fácil acceso, pagos chiquitos o pagos fijos que de entrada pueden parecer cómodos por los pequeños son, pero si hacen cuentas, el importe total que terminan pagando puede llegar a ser hasta un 50 o 100% más de su valor de precio de contado. Recuerda que “Pagos chiquitos ocultan grandes deudas”.

Si deciden optar por comprar u obtener crédito bajo este esquema, tomen en cuenta al menos estas condiciones:

  1. Si le ofrecen “meses sin intereses” verifique que se tome como referencia el precio de contado para diferirlo (dividirlo) a los meses que incluye la promoción.
  2. Otra alternativa puede ser adquirir ese bien o servicio con la tarjeta de crédito, en ese caso, utilice aquella tarjeta en la que tenga un menor CAT (Costo Anual Total). Quien ofrezca la mejor tasa. Considere que la tarjeta de crédito, puede ser una mejor opción que los pagos chiquitos, si se usa de manera inteligente evitando claro, pagar sólo el mínimo requerido, pues mal utilizada se convierten en una bola de nieve que terminan por aplastarnos.
  3. Tener un fondo de ahorro para emergencias resulta de gran utilidad, sin tener que sacrificar o comprometer ingresos futuros.

Por último, y hablando de tener un fondo de ahorro, al momento de ahorrar o invertir su dinero, evitar caer y ser engañados por las “grandes y maravillosas inversiones” que ofrecen rendimientos muy por arriba de la inflación y con retornos de capital en períodos cortos. Muchas de estas grandes inversiones son fraudes. Son personas que detectan una necesidad en la gente que por desesperación buscan obtener altos rendimientos.

Nos referimos a los esquemas tipo “pirámides” (por poner un ejemplo). Son mecanismos en los cuales las ganancias que obtienen los primeros inversionistas provienen de los recursos que son aportados por nuevos clientes. Por lo tanto, para que un sistema de esa naturaleza se sostenga es necesario captar flujos de dinero provenientes de nuevos inversionistas. Sin embargo, al ahorrar en este tipo de esquemas o invertir en las llamadas “pirámides” pueden hacerle correr el riesgo de perder todo su dinero y su patrimonio.

Así que para proteger el dinero hay que invertir o ahorrar en una institución formal como bancos, cajas de ahorro o cualquier otro instrumento autorizado y supervisado, ya que, aparte le dan la opción de acceder a otros servicios financieros como créditos y seguros, ganar intereses y su dinero está protegido. Si va a confiar su dinero a alguna institución verifique que esté debidamente autorizada y regulada por las autoridades y que cuente con seguro de depósito. Que le ofrezcan un producto con una mayor tasa de interés y cobre menos comisiones.

Recuerde que hay que dudar de aquellas entidades, inversiones o personas que ofrecen dinero fácil y rápido, con rendimientos muy por encima de lo que ofrece el mercado porque suelen ser trampas, trampas en las que caemos por desesperación, por no estar bien informados, por no prepararnos y actuar con anticipación a los acontecimientos, por no vacunarnos contra uno de los principales males que aqueja la economía de nuestro país: la inflación.

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