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LOS ESTEREOTIPOS

COMO FUENTE DE DISCRIMINACIÓN Y SU IMPACTO SOCIAL EN MÉXICO

Por: Laura Alejandra Londoño Jaramillo

Somos y formamos parte de una sociedad cambiante que, entre otros aspectos, se forja y soporta en construcciones legales que, por lo menos desde el ámbito del deber ser, promueve la igualdad entre otros derechos, los cuales resultan verdaderos imperativos en el escenario nacional e internacional, en el entendido del reconocimiento de diferencias, para ser tratadas estas, lejos de cualquier asomo de discriminación, exclusión o maltrato. El problema no son las diferencias, lo complejo e inaceptable es: estereotipar, marginar, ser indiferentes y pasarle una cuenta de cobro con violencia a algunos individuos en el conglomerado, por la ignorancia de no aceptar tales diferencias, lo que se traduce en un impacto social, cultural y económico. El título hace referencia a México, pero el problema es mundial, solo que nos encontramos en la circunstancia de acotar la aportación a un espacio en líneas.

¿Qué son los estereotipos?

Consiste en una imagen mental muy limitada y limitante, que se focaliza en ciertos aspectos o detalles, en donde lo más notorio en cuanto a un grupo o segmento de la población, es compartir dichos caracteres; destaca que se puede tratar de cualidades negativas o positivas, lamentablemente, lo que se toma en consideración al momento de estereotipar como fuente de discriminación, es lo negativo como algo necesario o razones que en apariencia justifican, para aislar y en ocasiones maltratar de diversas formas a una persona, generando resentimiento y brechas insalvables que, ni la legislación que vaya surgiendo puede solventar. Necesitamos educación para entender y respetar las diferencias.

¿Los estereotipos se relacionan con los prejuicios?

Sí, definitivamente la respuesta a esta pregunta no puede ser otra, en el prejuicio encontramos juicios de valor e, ideas preconcebidas y simples para etiquetar y delimitar a ciertas personas, bajo estigmas y, de ello hacer depender su aceptación o rechazo social, por razones de sexo, nacionalidad, color de piel y raza, religión, creencias, entre otros aspectos, y en torno a estas construcciones distorsionadas de la concepción frente a las demás personas, incluso, tratar de justificar persecuciones que en el mundo en diversas épocas, han desatado en guerras, ejemplo: la segunda guerra mundial con el exterminio de miles de personas que profesaban el judaísmo y, que para la humanidad ha representado un episodio de horror.

Los estereotipos y la discriminación se pueden manifestar en comportamientos como los siguientes: evitar a la persona o ignorarla, esto como una forma menos grotesca, y que puede ir en aumento con el paso del tiempo, malas expresiones, humillaciones (violencia verbal), acoso en sus diversas expresiones (sexual, laboral, en medios digitales), violencia física hasta llegar al extremo de atentar contra la vida de la persona, se hacen presentes en tres ámbitos: cognitivo o ideas que se van cimentando en la mente de las personas y hasta se perpetúan; en lo emocional: como falsos sentimientos que agreden, y en las aptitudes como los comportamientos que se generan ante los demás.

Las personas que sufren de estas malas prácticas sociales, están limitadas en el acceso a ciertos espacios, sus oportunidades se ven disminuidas en el ámbito educativo, laboral, social, acceso a la justicia y hasta de salud. La brecha social divisoria afecta en la construcción de sociedades armónicas y tolerantes que respetan las diferencias y asumen la realidad de su existencia, lamentablemente, con comportamientos que culturalmente en algunos casos, han sido aceptados y hasta bien vistos, por ejemplo: el machismo, incluso no solo en Latino América, de hecho, hasta por épocas, ciertas frases resultan tema de conversación en diversos círculos sin que podamos entender que, la sociedad es cambiante y que las etiquetas o estigmas ofenden y dañan, por ejemplo: no es frecuente una mujer bonita e inteligente; los hombres no lloran; la homosexualidad es fuente de promiscuidad; las mujeres deben estar en su casa; la clase trabajadora es huelguista siempre; las mujeres son más nerviosas e histéricas; los hombres estudian más carreras científicas que las mujeres, y muchas otras frases estereotipadas que han ido marcando historia.

México de cara a la discriminación

“El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) refiere que “la discriminación es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido”. La discriminación es asociada a situaciones de marginación, apartamiento, diferencia, exclusión, distinción, preferencia y segregación.” La discriminación en México. Revista Mexicana de Orientación Educativa. Rev. Mex. Orient. Educ. vol.8 no.21 México, 2011.

Es innegable el esfuerzo del gobierno actual y durante administraciones anteriores, para generar y construir legislaciones que permitan reducir estas brechas de desigualdad, en reconocimiento pleno y convencional de normatividad internacional vinculante para México, en cuanto al acceso igual de oportunidades de todas y todos, en un entorno digno para propiciar la convivencia y tolerancia, sin embargo, en la realidad siguen destacando entre otras:

La desigualdad hacía grupos originarios particularmente hacia las mujeres indígenas que por ejemplo al asistir a las instancias de salud, no son atendidas adecuadamente o incluso mal informadas en cuestiones de salud por ejemplo obstétrica, no menos grave su situación en los contextos de procuración e impartición de justicia, se cuenta con protocolos de actuación que desde la S.C.J.N., han ido marcando un punto de partida importante, pero requerimos de más educación al respecto y más empatía, más conocimiento de la ley por supuesto, pero se debe trabajar en la aptitud de quienes a diario en instancias de gobierno entran en contacto con estas personas y las puedan tratar de forma incluyente; Entre niños y adolescentes también encontramos una discriminación fuerte en las escuelas (bullyng), en donde episodios violentos se han presentado, sin que las autoridades del plantel reaccione, hasta no suceder tragedias que no dan marcha atrás.

Vivimos una violencia sistemática en México y en el mundo, es imposible negar que, parte del problema y en gran medida, es precisamente la discriminación y la marginación, que coloca de relieve a grupos de personas o segmentos de la población en una situación de vulnerabilidad detonante de todo tipo de conflictos y, que reta a los gobiernos a ejercitar políticas no solo de papel que disminuyan esas brechas sociales dañinas.

México atiende las obligaciones internacionales que derivan de normatividad como pactos, tratados, convenciones y convenios, lo que irradia en diversos ámbitos, a modo de ilustración, algunos de los instrumentos internacionales que establecen la igualdad como un derecho humano y fundamental para impactar en las legislaciones de los países en la actualidad: Declaración Universal de Derechos Humanos; Convención sobre los Derechos del Niño; Pacto Internacional de Derechos Civiles, Políticos y económicos, entre otros varios.

En el contexto nacional, entre otras normativas y en armonía con varios artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, (con énfasis en el 1º: “derechos humanos en un contexto de interdependencia y universalidad”), destacan:

1. Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación publicada en el diario oficial de la federación el 11 de junio de 2003 y con una última reforma en el año 2022. En su artículo 2º establece al tenor:
“Corresponde al Estado promover las condiciones para que la libertad y la igualdad de las personas sean reales y efectivas. Los poderes públicos federales deberán eliminar aquellos obstáculos que limiten en los hechos su ejercicio e impidan el pleno desarrollo de las personas, así como su efectiva participación en la vida política, económica, cultural y social del país y promoverán la participación de las autoridades de los demás órdenes de Gobierno y de los particulares en la eliminación de dichos obstáculos.”

2. La Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación constituye un mecanismo de adopción voluntaria para reconocer a los centros de trabajo que cuentan con prácticas en materia de igualdad laboral y no discriminación, para favorecer el desarrollo integral de las y los trabajadores.

Esta norma implica lograr una certificación que está dirigida a todos los centros de trabajo públicos, privados y sociales establecidos en la República Mexicana, de cualquier tamaño, giro o actividad, sin excepción. Para obtenerlo, los centros de trabajo deberán recibir una auditoría de tercera parte, para constatar que sus políticas y prácticas si cumplen con los requisitos de igualdad laboral y de no discriminación, esto resulta de gran utilidad, por ejemplo, cuando se están constituyendo las empresas, para considerar en sus esquemas, lamentablemente aún no es vinculante, es decir, la norma está, pero no es precisamente una obligación que de no cumplirse implique sanciones.

El respeto por la diferencia, es algo que se construye desde la legalidad, pero también desde los valores que se enseñan y ejemplifican a diario. Las hostilidades van en aumento, en sociedades que no entienden que las diferencias no se pueden eliminar, solo se pueden atender en su plena realidad, permeando una legislación incluyente.

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