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Centros de energía

Por: Claudia Díaz Jiménez.

El término energía proviene del griego que significa fuerza de acción o fuerza de trabajo, tiene diversas acepciones y definiciones relacionadas con la capacidad para obrar, surgir, transformar o poner en movimiento.
Lo cierto es que, aunque no podemos ver la energía como tal, podemos percibirla en el exterior con nuestros sentidos y así saber que existe.  Y del mismo modo, podemos percibir que existe energía también en nuestro interior.
Los estudiosos de este tema nos dicen que en nuestro organismo existen centros que distribuyen la energía en todo nuestro ser.
Para ejemplificar cómo funcionan esos centros que distribuyen la energía, imaginemos por un momento el sistema de tuberías de agua de nuestra casa, estos conductos que en su mayoría no vemos, llevan el líquido por las diferentes estancias de nuestro hogar, en donde necesitamos utilizarla, con salida en diferentes grifos o llaves que nos ayudan a controlarla. Pero, imaginemos también, que esta misma agua que se distribuye en los distintos lugares de nuestra casa, aunque es la misma, también cumple diferentes funciones dependiendo del lugar en donde salga, es decir, en la cocina tendrá una función, en la lavadora otra, en el baño otra, etc.
Así es la energía del alma, si la pudiéramos percibir a simple vista, veríamos que es de color blanco y que es filtrada a través de un prisma en 7 colores o 7 energías que salen a través de 7 centros.
Pero estos colores (que en un ser humano perfectamente bien equilibrado tendrían que ser los 7 colores puros del arcoíris) el ser humano normal los matiza de acuerdo a su propia personalidad, por ejemplo, el verde que tendría que ser claro y brillante, en algunas personas se verá oscuro y en algunas otras, verde pálido. (De acuerdo a la mezcla de emociones de cada persona, muchas veces aprendidas o mal dirigidas).
Pero estos colores (que en un ser humano perfectamente bien equilibrado tendrían que ser los 7 colores puros del arcoíris) el ser humano normal los matiza de acuerdo a su propia personalidad, por ejemplo, el verde que tendría que ser claro y brillante, en algunas personas se verá oscuro y en algunas otras, verde pálido. (De acuerdo a la mezcla de emociones de cada persona, muchas veces aprendidas o mal dirigidas).
Cada uno de nuestros órganos está controlado por una o varias hormonas y son segregadas por las glándulas endocrinas, estás glándulas son consideradas manifestaciones de estos centros de energía y dependiendo de cómo estén estos centros: equilibrados, bloqueados o con exceso de energía así tendremos esas glándulas y, por tanto, nuestro cuerpo físico.
Sin embargo, es importante saber, que cuando nuestro organismo no anda bien, la causa es siempre, primero, psicológica e interna y luego esa causa se manifiesta en el centro, la cual influye en el cuerpo físico y se somatiza en alguna enfermedad.
Por ejemplo, supongamos que una persona tiene una autoestima muy baja por los procesos que ha vivido y por ello su centro de energía (llamado también plexo solar) esta, bloqueado y no funciona correctamente, no distribuye de manera adecuada la energía en su organismo y este problema somatiza en problemas físicos en el abdomen, para trabajar el problema del abdomen debemos trabajar en el problema psicológico (la baja autoestima) pero, esto no significa que no debamos ir al médico a tratarnos.
Los expertos en el tema explican que este es el problema que ocurre con el sistema médico, se soluciona la enfermedad, pero en realidad, si no se trata la raíz del problema que es de índole psicológico, al cabo de un tiempo la enfermedad reaparecerá o aparecerá otra, porque el tratamiento médico solo ha desviado la energía hacia otra parte.
Existen muchas técnicas para equilibrar y abrir los centros que, aparentemente, arreglan todos los problemas relacionados con la energía, pero, no serán duraderos si no se trata el origen del problema.
Existen muchas técnicas para equilibrar y abrir los centros que, aparentemente, arreglan todos los problemas relacionados con la energía, pero, no serán duraderos si no se trata el origen del problema.
Existen muchas técnicas para equilibrar y abrir los centros que, aparentemente, arreglan todos los problemas relacionados con la energía, pero, no serán duraderos si no se trata el origen del problema.
Y esto no significa que la técnica o la meditación no funcionen, por supuesto, que ayudan.

Pero, ¿Cuáles son estos centros?

En Occidente estos centros se llaman Centros de distribución de energía, (ni crean, ni moldean la energía, solo la distribuyen).
Y existen tres tipos de centros: los mayores, los menores y los pequeños.
Los pequeños son miles y son los que trata la acupuntura, los menores son 21, pero todos están conectados a los centros mayores.
Aunque existen diversas opiniones sobre el número de centros mayores hasta llegar a 72, es conveniente empezar por conocer los primeros y que coinciden en que son 6 centros dobles, es decir, 12 y están situados a la altura de la columna vertebral, pero su salida varía según su tipo.
Cinco centros mayores, su salida energética es hacia adelante, y son el centro visión, comunicación, aceptación, identidad y admisión. Cinco más salen hacia atrás del cuerpo y son centro manifestación, creación, sabiduría, poder y donación y dos su salida está en vertical y son centro espíritu y centro tierra.
Conocer estas técnicas y cómo funciona la energía en nuestro cuerpo es importante, sobre todo en estos tiempos en que el estrés ha incrementado potencialmente.
Y tú ¿ya conoces tus centros de energía y como están fluyendo en tu interior?

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