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¿Tu frecuencia es AM o FM?

Elevación energética ¿sabes en qué frecuencia vibras?

Por Silvana Pugliesse Santos
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Todos nosotros somos energía, así como todo a nuestro alrededor es energía vibratoria. Pero, ¿Sabemos en que frecuencia estamos vibrando nosotros?

Se han puesto a pensar, ¿de qué estamos hechos? Claro que se nos ha enseñado hasta el cansancio que estamos compuestos de células, conformadas por enlaces de elementos químicos, con ciertas características que nos hacen únicos. Pero más allá, descomponiendo cada elemento en átomos, después en sus componentes subatómicos nos podemos dar cuenta que entre más vamos resolviendo cuestionamientos más se van generando dudas distintas. A lo que quiero llegar finalmente con esto es que todos somos energía vibratoria, vibrando en una forma concreta.

En ediciones pasadas les hablé de qué prácticas llevar a cabo para vibrar en una frecuencia más alta; sin embargo, mucha gente es escéptica de que estas prácticas funcionen realmente. Mucha gente piensa que la magia, por el simple hecho de no entenderla, es algo que no existe o que sirve simplemente para explicar eventos o situaciones que no dejan una explicación lógica, según los parámetros sobre los que se nos ha enseñado de cómo funcionan las cosas.

Mucha gente no logra a comprender que la magia, una ciencia que todavía no encuentra un medio científico para poder ser explicada, así como sus alcances y sus medios para funcionar. Esto lo hemos visto históricamente con otros hechos antes considerados magia y que han sido desentrañados por científicos, otorgándoles así una explicación científica para que la mayor parte de la población pueda entenderlo y para que se le puedan dar aplicaciones prácticas en la vida diaria.

Los magos tampoco tienen una receta específica que pueda ser compartida; el mago nace con un don y lo desarrolla a lo largo de su vida, casi enteramente de una manera empírica. El mago percibe y maneja la energía, muy distinto al resto de la gente, siendo un ser con un don específico, con mayor sensibilidad y percepción hacia este tipo de fenómenos.

Todo y todos somos energía vibratoria; desde el teclado que utilizo para redactar este artículo, como el pensamiento que se genera en mi consciente. El pensamiento bueno y malo que yo pueda generar, son energía también. Energía que va a vibrar en cierta frecuencia y que tendrá un resultado específico. Con lo siguiente no pretendo explicar la magia, sino ampliar un poco más su conocimiento para que puedan percibir con una perspectiva distinta lo que hasta el momento puede parecerles inexplicable e incluso inexistente.

Teoría de Cuerdas
La Teoría de Cuerdas está conformada por una serie de hipótesis científicas y modelos fundamentales de la física teórica que asumen que: “las partículas subatómicas, aparentemente puntuales, son en realidad estados vibracionales de un objeto extendido más básico llamado cuerda o filamento”.

De acuerdo con estas teorías, un electrón no sería un “punto” sin estructura interna y sin dimensión, sino una cuerda o filamento minúscula en forma de lazo, vibrando en un espacio-tiempo de más de cuatro dimensiones; de hecho, el planteamiento matemático de esta teoría no funciona a menos que el universo tenga once dimensiones. Mientras que un punto simplemente se movería por el espacio, una cuerda podría hacer algo más: vibrar de diferentes maneras. Si vibrase de cierto modo, veríamos un electrón; pero si lo hiciese de otro, veríamos un fotón, un quark o cualquier otra partícula del modelo estándar, dependiendo la forma concreta en que estuviese vibrando.

La Teoría de Cuerdas es mucho más extensa y compleja que lo poco que pude explicar anteriormente. No obstante, creo que la idea que quiero dar es la correcta. Cada simple átomo tiene el potencial de transmutar en prácticamente lo que deseé, vibrando en la manera correcta. Todos y todo, en el concepto más básico, somos filamentos vibrando de una manera concreta para crear los elementos que generan nuestra realidad, por lo tanto nuestros pensamientos, que también se conforman por energía vibrando de cierta manera, pueden tener un efecto sobre el pensamiento, la materia o la manera de vibrar de alguien o algo.

Dentro de la energía, todos y cada uno de nosotros, vibramos en una frecuencia

Las frecuencias vibratorias bajas están relacionadas con sentimientos y pensamientos negativos, como miedo, ira, envidia, crítica, culpa, etcétera. Estos sentimientos hay que tratar de evitarlos, aunque no siempre depende de nosotros ya que obviamente al no vivir aislados, muchas de las cosas a nuestro alrededor nos afectan con su energía y debemos ser cautelosos en saber distinguirlas.

Las frecuencias vibratorias altas están relacionadas con emociones, sentimientos y pensamientos más positivos, amor, alegría, libertad, compasión, etcétera. Estos sentimientos son los que debemos tratar de alimentar, tanto para nosotros mismos como para los seres y cosas que nos rodean, imbuyéndolas así con esa vibración y convertir nuestro entorno en un canalizador vibracional que nos ayude a conseguir los resultados que deseamos.

Para saber en qué frecuencia estás, puedes preguntarte simplemente: “¿Cómo me siento?”
Si te sientes bien es que estás vibrando en una frecuencia alta, y si te sientes mal, es que estás en una frecuencia baja, básicamente.

¿Qué afecta nuestra energía?
Otras personas
La energía de otras personas a nuestro alrededor siempre tenderá a afectar a nuestra forma de vibrar; incluso, en muchas ocasiones, apropiándonos directamente de la energía de alguien más. Siendo esto algo sencillamente espectacular si es una energía de alta vibración; todo lo contrario sucederá si te apropias de una energía de vibración baja.

Alimentos
Los alimentos, como todo lo demás, también son energía. Algunos nos otorgarán una energía más positiva que otros, ¡sin tener nada que ver con la cantidad de calorías que nos provean! Pero sí tiene que ver directamente con qué tan naturales sean los alimentos y los procesos que tengan antes de que los ingieras.

Actividades
Hay actividades que te hacen vibrar muy alto y otras no tanto. Está claro que no te sientes igual haciendo algo por puro compromiso que algo que realmente te apetece, ¿no?, es decir, hay cosas externas a ti que pueden afectar a tu propia frecuencia energética, pero lo importante es que tu sepas conectar con ella y hacer que vibre alto por sí misma.
Situaciones
Cada día vivimos situaciones que nos exponen a diferentes frecuencias energéticas. Tratemos conscientemente de evitar las situaciones que nos afecten de una manera negativa, así como también tratemos conscientemente de acercarnos a las situaciones que sabemos que nos harán vibrar más alto como la convivencia con nuestros familiares y amigos más queridos, pasear por los lugares que nos hacen sentir bien, caminar por las calles que nos traen buenos recuerdos y que, en estos tiempos, sabemos que son seguras para caminar, etcétera.

Te has preguntado, ¿en qué frecuencia vibro? Si lo has hecho, ¡debes saber que es una pregunta muy difícil de responder! Estamos tan metidos en nuestra rutina diaria que simplemente vamos reaccionando ante estímulos externos provocados por situaciones, personas, lugares, actividades, alimentos, etcétera, (como ya lo explicamos previamente); lo que irremediablemente provoca que nuestra frecuencia energética suba y baje al compás de los acontecimientos. Toda esa energía que nos envuelve va a terminar por alterar nuestra propia energía.

¿Qué hacer? Pararnos a meditar un momento sobre lo que sucede a nuestro alrededor, identificar como nos afecta lo que sucede a nuestro alrededor, tomar mejores decisiones con base en nuestras observaciones y tomar acción con base en nuestras decisiones. Honrar nuestro intelecto y nuestra propia vibración, siendo coherentes entre lo que pensamos, sentimos y lo que hacemos.

Ahora, la energía que sale de nosotros es lo que más nos va a importar y en lo que más debemos centrarnos. Es esa energía con la que debemos conectar realmente y hacer que vibre lo más alto posible; sin importar que tantos estímulos externos tengamos. A eso me refería previamente con honrar nuestro intelecto y nuestra propia vibración, siendo coherentes entre lo que pensamos, sentimos y lo que hacemos en consecuencia, ¡para así seguir vibrando más alto cada vez!

No olviden tomarse un tiempo a solas y sin distractores para preguntarse a sí mismo, ¿cómo me siento?, ¿ese sentimiento es mío? (si sientes que algo no es tuyo, respira profundamente y suelta ese sentimiento), repitiendo todas las veces que sea necesario hasta que dejes ir todas las energías que no sientas como tuyas. Intenta distinguir si te sientes bien por una situación o si el sentimiento proviene de ti mismo.

Cuando finalmente sepas reconocer lo que proviene de ti mismo, de tu centro; siéntelo y sujétalo con tus manos sin importar en este momento si lo sientes como positivo o negativo (lo importante es que te estás sintiendo a ti mismo). Abraza tu propia energía quedándote un momento contigo, sin juicio, sin culpa, sin miedo. En ese momento has conseguido eliminar lo externo y quedarte con lo auténtico que hay en ti.

¡Eso es un gran paso y merece celebrarlo! Eso es consciencia

Entonces, ¿en qué frecuencia estás vibrando?; si quieres comentarlo conmigo me quedo a tu servicio para leerte y de ser posible, resolver todas las dudas que tengas.

Aprendan a vivir en gozo y en gloria. ¡Sigamos haciendo magia!

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